Técnica para vivir en el presente
- espiritugaspar

- 26 mar 2014
- 4 Min. de lectura
Acabamos de leer Dharma Punx, la novela autobiográfica de Noah Levine, punk rocker e instructor de meditación. Compartimos con ustedes la traducción de la última parte del libro: instrucciones para meditar.
Todos los poderes, toda la paz y todo el cocimiento vienen luego de lograr lo que se busca lograr con esta práctica: Dominar la mente. Vivir en el eterno presente.
Así que, con constancia, notando como la frustración y la impaciencia se vuelven sus compañeras, empecemos a practicar que lo demás es cuento.
__________________________________
Encuentra un lugar cómodo para sentarte, preferiblemente con la espalda recta pero no rígida. Permite a tu cuerpo respirar naturalmente y lleva tu atención hacia el punto más notable. El punto donde la respiración hace contacto al entrar por tus fosas nasales.
Lleva tu consciencia hacia la sensación que genera el aire entrando y saliendo. Mantén tu atención en ese punto preciso y nota la sensación que acompaña cada respiración mientras fluye hacia adentro y hacia a fuera del cuerpo en el proceso natural de respirar.
Si la atención se extravía tráela de vuelta al punto donde notas como el aliento entra por tus fosas nasales. Nada de “inhala, exhala”. No pienses la respiración, ni la “visualices”. Solo quédate con la sensación que ocurre cuando el aire entra y sale de tus fosas nasales.
Llegan sonidos, pensamientos y otras sensaciones. Déjalas todas como música de fondo, llegando y desapareciendo. En primer plano está la consciencia de la sensación de la respiración entrando y saliendo.
No rechaces nada, no te aferres a nada. Solo una limpia, precisa y gentil observación de la respiración. Respiración consciente.
En el cuerpo aparecen sensaciones, en la mente aparecen pensamientos. Vienen y van como burbujas. Permite que cada pensamiento aparezca y que se vaya a su tiempo. No presiones a tu mente, no te aferres a la respiración. Simplemente y con gentileza, regresa tu atención a las sensaciones; siempre presente en el ir y venir de la respiración. Vuelve gentilmente.
El primer plano es la respiración. Todo lo demás, tal como es, está en segundo plano.
Cada respiración es única: a veces profunda, a veces superficial, siempre cambia ligeramente. Sentir toda la respiración entrar, detenerse y salir. Sentir toda la respiración a nivel de sensación, de contacto. Simplemente la respiración ocurriendo por sí misma. La consciencia observando, simplemente.
Todo el cuerpo relajado. Párpados suaves, cara relajada, hombros sueltos, barriga suelta. No aferrándose a nada, solo consciencia y respiración. Solo consciencia y consciencia del objeto yendo y viniendo, momento a momento, en el vasto espacio de la mente.
No te pierdas. Si la mente se desvía, gentilmente, con una consciencia suave, que no juzga y que no se aferra, vuelve a la respiración con claridad y precisión, desde su inicio hasta su final, de sensación en sensación.
El cuerpo respira por sí mismo. La mente piensa por sí misma. La consciencia simplemente observa el proceso sin perderse en el contenido.
Cada respiro es diferente. Cada momento es completamente nuevo. Si alguna sensación debe aparecer en el cuerpo, deja que la consciencia la reconozca como una sensación. Nota como llega y como se va. No pienses en ella como un cuerpo o una pierna, como un dolor o una vibración. Simplemente nótala como una sensación y vuelve a la respiración. Todo el proceso ocurre por sí mismo. La consciencia observa momento a momento el ir y venir de la experiencias del cuerpo y la mente.
Cambio de momento a momento.
Ríndete al presente. Experimenta la respiración. No trates de obtener nada de la respiración. Ni siquiera pienses en la concentración. Nada más permite a la consciencia penetrar al nivel de las sensaciones que aparecen por sí mismas y para sí mismas.
El punto de contacto se vuelve más y más intenso con el ir y venir de cada respiro. La mente se concentra en las sensaciones que acompañan la respiración.
Si los pensamientos aparecen, nota claramente su movimiento en la mente, apareciendo y desapareciendo como burbujas. Nótalos y vuelve la respiración consciente.
Si los pensamientos o los sentimientos se vuelven predominantes, con una consciencia abierta, nota suavemente lo que es predominante como un “sentir”, un “pensar”, como un “oír”. Vuelve gentilmente a tu respiración.
No te embarres en el pensamiento, no te identifiques con los contenidos. Solo nota el pensamiento llegando y desvaneciéndose, los sentimientos llegando en un momento y desvaneciéndose en el siguiente momento.
Regresa el flujo constante de la respiración sin aferrarte a nada. No alejes nada. Solo una atención nítida a lo que es predominante en la mente o en el cuerpo mientras aparece. Regresando profundamente al intenso punto de sensación que marca el pasar del aire en cada respiro.
Los ojos sueltos, los hombros sueltos, la barriga suelta. La atención nítida como un cristal.
Sensaciones que son más y más sutiles se hacen predominantes. Los pensamientos se vuelven predominantes. Cada uno experimentado nítidamente con la atención concentrada en la respiración. Mira su movimiento, su cambio continuo de objeto a objeto, respiración a respiración, sensación a sensación. Como un caleidoscopio. Cambio continuo.
Momento a momento aparecen objetos y se van en el vasto espacio de la mente y el cuerpo. Con una atención ligera y abierta, simplemente observando el proceso de aparecer y desaparecer de los pensamientos.
Atención a lo que se haga predominante, volviendo siempre a las sensaciones de la respiración. Sentimientos aparecen, pensamientos aparecen: la mente que planea, la mente que juzga. La consciencia experimenta el proceso de su movimiento, no se pierde en el contenido.
Observa los pensamientos pasar en el vasto espacio de la mente. Estas palabras que aparecen de la nada, desaparecen en la nada. Nada más que espacio abierto en donde toda la totalidad de la mente y la totalidad del cuerpo son experimentadas como cambio continuo de momento a momento.
Sonidos aparecen y desparecen.
Sensaciones aparecen y desaparecen.
Todo cuanto somos, lo que pensamos que somos, momento a momento, aparece y se desvanece. Burbujas en la mente apareciendo y desapareciendo en el vasto espacio abierto de la mente.
Consciencia indiferenciada. Atención momento a momento a todo lo que aparece, a todo lo que existe. Todas las cosas que tienen la naturaleza de aparecer tienen la naturaleza de desaparecer. Todo lo que pensamos que es “yo” desapareciendo de momento a momento.
Sabiendo la verdad de cada experiencia, momento a momento.
________________
Imagen: Indigo angels of light


















Comentarios