Neo monasticismo: Redes distribuidas y comunidades trasnformacionales
- espiritugaspar

- 19 ene 2015
- 10 Min. de lectura

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Mientras tomo un descanso de las festividades norteamericanas (pueden ver aquí mi opinión acerca del “Día del Pavo”) quería dejar un comentario para Kingsley L. Dennis y su recientemente estrenado blog en Reality Sandwich llamado “El Surgimiento del Neo Monasticismo” en el que copia un fragmento del libro que acaba de publicar: La generación fénix (1). El libro me conmovió y me pareció una notable contribución a los esfuerzos colaborativos de la Evolver Network (La iniciativa sin fines de lucro de Evolver pronto saldrá a la luz pública. Aquí puede leer nuestra reciente Descolonización de la Conciencia) y para otros esfuerzos similares que conforman la dispersa confederación de lo que se ha apodado “cultura transformacional”.
Primero: ¿Qué es exactamente el Neo Monasticismo? Kingsley nos da una definición:
“…allí donde individuos/grupos se erigen para crear nuevas formas de hacer las cosas, sin hacer fanfarrea o grandes anuncios publicitarios. Este “trabajo monástico”, por así decirlo, a menudo pasa bajo el radar y se vuelve auténtico a través de sus actividades más que por buscar visibilidad o atención. El “trabajador monástico” está buscando el cambio, elige una modo de vida que tenga sentido y que pueda traer un cambio duradero para los involucrados en sus proyectos. A menudo, el trabajador monástico se esfuerza por ayudar al cambio de sus propias comunidades. Son como gotas e tinta en el papel toalla, lentamente esparcen su impacto con su trabajo, diligente y creativo a la vez. Lo que vuelve este modelo más atractivo, y también, mucho más efectivo, es el surgimiento de la comunicación y las redes distribuidas a nivel global. Ahora, los esforzados trabajadores monásticos se pueden conectaser, compartir y colaborar.
Por supuesto que esta definición se puede aplicar a muchos “hacedores del cambio” que trabajan en sus comunidades locales en diferentes frentes: proyectos diseño sostenible, proyectos de reforestación, curanderos locales y comunidades de activismo espiritual. El término “Neo Monasticismo” es protestante en su origen. Fue acuñado por Jonathan Wilson en su libro de 1998 Viviendo fielmente en un mundo fragmentado, en el que delinea un modo de vida contemplativo, enfocado en la comunidad y el bien común (2). En el caso de Adam Bucko, otro colaborador de Reality Sandwich y coautor de Occupy Spirituality junto al Rev. Matthew Fox, el monasticismo está fusionado con lo que William Irwin Thompson llama espiritualidad post-religiosa; mientras que Kurt Johnson le llama la era de la inter-espiritualidad (2).
Lo más importante que podemos notar en este punto es que muchos de estos individuos y las comunidades que construyen poseen una espiritualidad activa, una espiritualidad orientada a mejorar las condiciones de nuestro mundo (3). No necesitan ser espiritualidades basadas en la Tierra, pero sí tienen a la Tierra y sus ecosistemas en mente (4). Religiosas, espirituales o no espirituales, lo que conecta a muchas de estas comunidades y las hace monásticas -en la terminología de Kingsley L. Dennis- es que dan la contra a las conductas predominantes en sus sociedades, trabajando activamente en busca de una solución a la crisis del sistémica mundial. Como sus contrapartes monásticas medievales, se puede decir que combinan varias disciplinas bajo un mismo techo: ecología, prácticas paganas, plantas medicinales y ejercicios contemplativos o esotéricos. Todas ellas trabajan juntas bajo una misma visión coherente (o visiones, para decirlo apropiadamente, ya que no existe una comunidad sino muchas) El poder de la combinatoria las libera de la hiper-especialización que es tan evidente en la academia en la actualidad y trae diferentes disciplinas hacia una renovada fluidez (5).
Ahora tenemos una definición funcional del neo monje como una especie de hacedor del cambio que trabaja contra la corriente de su sociedad anfitriona y que construye alternativas sin estar fuera de su cultura sino inmerso en ella (aunque se puede argumentar que comunas, comunidades de activistas e incluso proyectos ecológicos como Biosfera 2, son laboratorios críticos para investigar y ganar nuevas perspectivas). Los neo monjes son algo así como monjes sin monasterio.
“Todas las grandes ideas e innovaciones empezaron su vida como ideas disruptivas, nacidas en la periferia”, escribe Dennis. Esto es lo que Reality Sandwich y otras iniciativas similares llaman “cultura transformativa” y es lo que comparten con sus contrapartes monásticas. Ralph Abraham, un matemático especialista en teoría del caos, colega de William Irving Thompson, sugiere que las sociedades, como los sistemas complejos, experimentan una “desestabilización caótica” solo para regresar en la forma de un nuevo sistema ordenado completamente diferente (6). En este proceso evolutivo, los sistemas complejos terminan siendo trastocados por lo que parecen ser atractores periféricos poco importantes. En la historia evolutiva de la vida en la tierra, hace tres mil millones de años, una pequeña criatura llamada cianobacteria empezó a exhalar, acumulativamente, grandes cantidades que oxígeno que fueron hacia la atmósfera. Esto causó una crisis ecológica en la tierra primitiva, lo que hizo posible que apareciera la vida moderna como la conocemos ahora.
Las cianobacterias son un ejemplo de lo que Christian Schwagerl llama en su nuevo libro “El Antropoceno: La era del humano y como este le da forma a nuestro planeta”, “el club de los revolucionarios”, un grupo de especies que han provocado impactos duraderos en el planeta. (7). Las comunidades transformativas modernas son un caso típico (o un ejemplo potencial) de cómo nuevos modelos que vienen de las periferias pueden convertirse en agentes de una transformación sistémica.
El hecho de que estamos en una crisis sistémica –una fusión de tantas formas diferentes de ver el mundo que nos lleva a un punto de falla sistémica- necesita ser enfatizado. Los monjes, viendo esto, mantienen una posición crítica al mantener la cultura de su civilización durante el periodo de desestabilización y trabajan buscando alternativas exitosas. En el linaje de las contraculturas contemporáneas hay muchos precedentes valiosos en la Asociación Lindisfarne, creada por Bill Thompson, nombrada apropiadamente como una isla y su monasterio al noreste de Inglaterra. El mismo monasterio responsable por lo que los historiadores llaman el renacimiento carolingio.
“Aunque he usado la palabra como un símbolo que representa a un grupo de personas que efectúan la transformación de un sistema a otro, la palabra también trae consigo el arquetipo ideal de las asociaciones de pequeños grupos de monjes que mantienen el conocimiento antiguo en un mundo caído; un mundo que pronto sería arrasado por el terror vikingo (8)”
Los movimientos contraculturales de los sesentas y setentas produjeron muchas instituciones alternativas que se han visto reflejadas en esfuerzos contemporáneos como la Evolver Network. Estos incluyen, aunque no se limitan, al Instituto Nueva Alquimia, Findhorn, Auroville, el Zen Center de California y la misma Asociación Lindisfarne, la cual estuvo ubicada en Colorado y ahora funciona en la ciudad de Nueva York. Thompson anota que estos grupos (y sus descendientes) se encuentran “trabajando juntos en un movimiento cultural tan ambicioso como lo fue el Renacimiento (9)”. Quizás podríamos extender esta misma vena a otras instituciones como Esalen, el Instituto Californiano de Estudios Integrales, los cursos de psicología e interdisiplinariedad de la Universidad Goddard, el Instituto MetaIntegral, y la reciente iniciativa de Daniel Pinchbeck, el Instituto de Cultura Planetaria. Están en muy buena compañía y podemos señalar nuevamente que estos grupos están orientados a lo espiritual con mucha frecuencia. Thompson escribe que “la meditación es el corazón de la vida de la comunidad”

En la era de las redes distribuidas, como bien señala Kingsley L. Dennis, podemos conectarnos. Parte del cambio sistémico por el que estamos pasando se refleja en el impacto de la comunicación electrónica global. Lindisfarne, Auroville, Findhorn y Esalen se han vuelto redes distribuidas y se han reformulado en iniciativas como Evolver Network, la cual tiene cuarenta capítulos alrededor del mundo. Monjes sin monasterios. En nuevo monasticismo y su revolución serán distribuidas gracias a esto (10).
Mona Eltahawy escribe en el prefacio de Occupy Spirituality: “Cuando adoras al Dios del Pan, la Libertad y la Justicia Social, tu revolución es global y no de alguna parte del mundo en específico”. Adam Bucko sostiene algo similar en el siguiente extracto: “La generación Occupy está siendo iniciada en un una nueva forma de espiritualidad, una que está lista para reemplazar el Dios de la religión con el Dios de la vida. Más aun, este tipo de espiritualidad es “democrática, transformativa y está dedicada a sanarnos a nosotros mismos y a nuestro mundo.” Además, Adam anota algo importante, que el 75% de los norteamericanos entre los dieciocho y los veintinueve se consideran a sí mismos como personas espirituales-pero-no-religiosas (11).
Saliendo por un momento del contexto planetario –ya que se puede argumentar que todavía no hemos concebido una cultura verdaderamente planetaria, sino solo comunidades transformacionales orientadas a lo planetario- podemos reconocer el gran precedente norteamericano en lo que concierne a formas de democratización espiritual y a la izquierda espiritual radical. Dan Mckanan, autor de Encuentros Proféticos: Religión y la tradición radical americana, escribe:
“Los encuentros empoderadores de William Lloyd Garrison, Fredeck Douglass, Dorothy Day y Starhawk conforman una tradición que se ha llamado con muchos nombres. Algunos la han llamado el camino de los profetas; otros hablan de la “tradición radical norteamericana” o simplemente “la izquierda”.
Es la tradición de abolicionistas quienes llamaron a sus vecinos a renunciar inmediatamente al pecado de la esclavitud, de las feministas que reconocieron el patriarcado como una forma de esclavitud en sí misma, de los socialistas que trabajaron para construir un “bien común cooperativo” y de los pacifistas que consideraban a la guerra como la máxima afrenta contra la humanidad (12).”
De forma similar, el Dr. Jeff Kripal dicierne en su libro Autores de lo Imposible, escribe sobre una potente conexión entre el mesmerismo el siglo XIX y la visión democrática transcendentalista de la literatura del Renacimiento:
“Dichos autores escribían sobre su camino hacia una estética americana que pueda acomodarse a lo que Mills llama “estados de transición” en una cultura democrática. En mis propios términos, ellos estaban escribiendo sobre su camino a un misticismo democrático enraizado en la literatura y los individuos en oposición a los sistemas e instituciones doctrinales [de la época]". (13)
Esto es lo que a lo que se refiere Kripal cuando menciona a la “religión de la no religión” y me parece que es una buena cita final para este artículo como una muestra de respeto hacia la noción del Neo Monasticismo (14). Grupos contemporáneos como Evolver, el movimiento Occupy Spirituallity de Adam Bucko y otras redes similares están encarnando esta idea de lo “post-religioso”, la cual parece haber echado raíces en las culturas occidentales (quizás también en las culturas globales). “Apropiadamente –escribe Thompson- este movimiento post-religioso va de la nación a la emancipación, no tiene un solo líder sino que es un dominio emergente. Es una ecología de la conciencia y su diversidad es su característica más poderosa” (15).
De acuerdo con el propio análisis que hace Thompson sobre esta tendencia, el giro va de la jerarquía de la religión al compañerismo. Aquí se sugiere una postura mucho más amplia: que el genio particular o la excelencia de la llamada cultura planetaria, recae en su capacidad de lograr un cambio rotundo que vaya de las jerarquías centralizadas a las redes radicalmente descentralizadas. “De la estructura jerárquica de las iglesias al compañerismo de individuos que se autoactualizan”.
Los movimientos contemporáneos sirven como prototipos. Las mónadas monásticas, en un sentido, cultivan nuevas formas de vida experimentales, las cuales pueden con suerte avanzar en sus propósitos al mismo ritmo en que se desarrolla la crisis del sistema, de su organización social y su inevitable agonía. Haciendo referencia al símbolo de Evolver, el micelio, decimos que el futuro de las civilizaciones humanas puede totalmente diferente de lo que entendemos hoy en día. Los estados-nación industriales son absorbidos y miniaturizados ´por la ecología de la conciencia intensificada que ha hecho una simbiosis con la tecnología y las espiritualidades esotéricas. Los conceptos de las esporas, micelios y redes vivientes pueden ser una visión del futuro latente de la humanidad funcionando como intermediarios. Es lo que Kingsley llama la Generación Fénix.
Asumir la vida de un monje contemporáneo significa trabajar en alguno de estos elementos diferentes como un cómplice de un todo mucho más amplio y visionario. Tecnologías como la permacultura, monedas alternativas, redes digitales, movimientos por la justicia social, y otras innovaciones sociales disruptivas son integrales a la visión esotérica del gurú interior y el ser psíquico descrito en el yoga evolucionario de Sri Aurobindo, el misticismo democrático del Transcendentalismo que se basa en divinizar tu individualidad en concordancia con lo que plantea Thopmson en su visón de comunidad. Sin embargo, todo esto debe ser realizado. Está siendo realizado, en el sentido de que se está luchando con los problemas del mundo moderno trabajando con comunidades a nivel local y, más importante, sostener la visión mientras aramos la tierra, nos alimentamos el uno al otro, y trabajamos juntos en lo que Teilhard de Chardin llamaba “construir la Tierra”. Para mí, de esto es de lo que se trata el Neo Monasticismo.
Referencias:
(1) Dennis, Kingsley. The Phoenix Generation: A New Era of Connection, Compassion, and Consciousness.
(2) http://en.wikipedia.org/wiki/New_Monasticism.
(3) William Irwin Thompson - Beyond Religion: From Shamanism to Religion to Post-Religious Spirituality. Kurt Johnson - The Coming Interspiritual Age.
(4) Es importante considerar la profusa historia de movimientos religiosos que tomaron posición en busca de reformas sociales. Karen Armstrong argumenta en su libro, La Gran Transformación, que algunos movimientos religiosos como el budismo, ayudaron a que surgiera lo que ahora conocemos como la Era Axial. En Encuentros Proféticos: La religion y la tradición radical Americana, Dan Mckanan muestra claramente como en la historia americana, la religión, fue muchas veces una forma de activismo social, radical y progresista; y no la fuerza conservadora que se conoce hoy en día.
(5) Por ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=sQF-hkunF6s
(6) Leer Esoterismo Occidental: Una guía para los perplejos de Wouter Hanegraaf. Lo que es intrigante sobre este tema es que estudios académicos recientes están demostrando que el tránsito de la protoquímica supersticiosa a la cosmovisión científica moderna no fue simple ni ordenado. El “conocimiento rechazado” de nuestra herencia cultural apunta a una matriz histórica mucha más complicada, en la cual, la separación entre ciencia y religión es una cosmovisión relativamente nueva.
(7) Bolts from the Blue - Ralph Abraham.
(8) “El club de los revolucionarios comprende a aquellas especias que hna causado un cambio sostenido y que han creado nuevas estructuras como el agua, el viento y el fuego han hecho – El Antropoceno: La era del Hombre y cómo esta ha cambiado nuestro planeta (p.12)
(9) http://en.wikipedia.org/wiki/Lindisfarne_Association. Recomendamos leer la sección Goals del artículo.
(10) William Irvin Thompson. William Irwin Thompson, La Oscuridad y la luz dispersa, página 182.
(11) Las tecnologías globales por sí mismas son un reflejo de un cambio ontológico mucho más profundo en la mente occidental. Gregory Bateson describió como “sentir los patrones que conectan”. Pensar en términos desistemas, conectando los puntos y las relaciones es clave; y se opone a la obsesión tecnomaterialista de escapar de la naturaleza para así llevar adelante una relación la Tierra como un organismo vivo. Afortunadamente, la combinación entre tecnología, ecosistemas y espiritualidad ayuda a que muchas de estas comunidades y redes transformacionales puedan evitar este callejón sin salida.
(12)http://realitysandwich.com/218282/radical-spirituality-for-a-radical- generation/
(13) Mckanan. Prophetic Encounters: Religion and the American Radical Tradition Pg 2.
(14) Kripal. Authors of the Impossible: The Paranormal and the Sacred. Pg. 231.
(15) Kripal. Esalen: America and the Religion of No Religion.


















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