top of page

En tiempos de Coronavirus: Un mensaje empoderador de la Ayahuasca hacia la Humanidad

  • @iazrya
  • 30 mar 2020
  • 13 Min. de lectura


No importa que tan compleja sea la pregunta que tenga, cuando uso psicodélicos siempre recibo una respuesta. Así que cuando la pandemia del Coronavirus explotó, le planteé el tema a mi confiable mentora, la Ayahuasca, para que me ilumine.


La Ayahuasca es una antigua planta medicinal, una tecnología chamánica que consiste de 3 simples ingredientes: Una liana, una hoja y agua. El brebaje resultante se consume en un contexto ceremonial y se le conoce usualmente como “la medicina”.


En el estado visionario, las descargas sobre el COVID-19 llegaron como un torrente. Todo empezó con las humildes enseñanzas de un pequeño insecto conocido como la oruga.


¿Sabían que la oruga consume hasta 300 veces su peso corporal por día antes de entrar en su capullo?


Comparto este dato curioso porque, como me mostró la medicina, hemos alcanzado un momento de nuestra evolución en el que nuestro estado de conciencia-oruga (torpe, denso y obsesionado con la sobrevivencia) debe parar de consumir neciamente[1] y rendirse al capullo en el que todo lo que sabemos sobre nosotros mismos se hará puré.


Bienvenidos al “Coronacapullo”


Sí. Estamos en un estado de desintegración en el que toda la magia sucederá y el siguiente capítulo de nuestra experiencia humana puede transicionar hacia la era de la mariposa; un ser que es ligero, libre, empíricamente exquisito y al servicio de los otros (polinizadora).


Permítanme arrojar más luz sobre cómo es esto, más allá de una elegante metáfora. Los tiempos de crisis traen tremendas oportunidades debido a la interrupción de los patrones que componen nuestras formas habituales y colectivas de operar; la mayor parte de los cuales están pesadamente anclados en un consumismo excesivo, la distracción y una relación con la productividad tan insostenible que se ha vuelto violenta para ambos: Nuestras mentes, cuerpos y espíritus; así como para la Tierra. Un planeta que es también –sorpresa, sorpresa- un ser sintiente que tiene su propia conciencia.


El Coronavirus es el gran ecualizador


Mientras el botón de pausa está presionado para esta carrera inútil[2] y las cosas que dábamos por sentadas de pronto nos son apartadas, la oportunidad en el apocalipsis se revela a sí misma para quienes están dispuestos a desapegarse del pánico lo suficiente como para realmente escuchar a una verdad más profunda que está emergiendo de los escombros.

Antes de sumergirme en lo que es esa verdad para mí (por supuesto, todo esto es solo mi percepción y de ninguna manera un dato empírico), debo compartir el marco fundamental de los lentes con los que veo la realidad; para que mis argumentos siguientes tengan contexto.

En la arena del desarrollo personal –una industria de la que soy parte- hay un término llamada el “trabajo con la sombra”, que es muy importante de entender.


EL TRABAJO CON LA SOMBRA


La visión básica del mundo aquí es que todo en nuestra realidad existe debido a un complejo interrelacionamiento de la luz y la sombra, que crea un vasto campo de polaridades en el que la conciencia se manifiesta. Desde una perspectiva esotérica, esta interrelación es capturada en el símbolo del Ying y el Yang, que ejemplifica que cada polaridad contiene en sí misma algo de la otra. Desde la perspectiva de la física cuántica podemos explicar el mismo fenómeno a través del lenguaje de la vibración, de la frecuencia. Podemos medir la cantidad de partículas de luz contenidas en cada frecuencia. Mientras más “ligera” o “alta” la frecuencia, cuanto más rápida la oscilación, más información o luz es contenida en ella. Cuando las frecuencias son más “oscuras” o “densas”, más lenta es la oscilación y menos luz contienen.


Mientras que en nuestra cultura generalmente hemos considerado a la luz como “buena” y a la sombra como “mala” (sólo mira cualquier película de Hollywood, siempre se trata del bien contra el mal), ninguna es superior o inferior. Simplemente son expresiones de la dualidad misma y dan nacimiento la naturaleza de nuestra existencia humana. Sin embargo, nuestro juzgamiento de estas fuerzas –que ocurre tanto a nivel macro del universo como a nivel micro, al interior de cada ser humano individual- ha condenado a la sombra, en un grado tal que se ha vuelto reprimida, y en consecuencia, peligrosa. Esto porque cualquier fuerza reprimida durante el tiempo suficiente eventualmente estallará, como un geiser bajo presión, con igual intensidad, para restaurar el balance.




El “trabajo con la sombra” es examinar voluntariamente nuestra propia oscuridad interior o, para ponerlo en términos más psicológicos, la “excavación nuestro inconsciente”, la cual carece de la luz de la atención consciente, por lo que se encuentra oculta a nuestra vista.


La mayoría de los seres humanos en el planeta no tienen un concepto para el “trabajo con la sombra”, e incluso aquellos que lo tienen quizás no tengan el valor para mirar voluntariamente las oscuras grietas de su propia psique. Traumas reprimidos, una herencia de miedos programados, dolor no digerido y toda clase de revelaciones perturbadoras e incómodas yacen enterradas ahí, representadas por el metafórico “cuco” de nuestra conciencia humana colectiva.


Y sin embargo, no importa que tanto ignoremos, rechacemos y neguemos nuestra sombra, nunca desaparece. De hecho, lo contrario es cierto. El miedo que nos hace no ver nuestra sombra es el mismo miedo que la alimenta.


Creo que tiempos como este son un llamado a despertar colectivo, para participar activamente en nuestro “trabajo con la sombra” o ser barridos por la oscuridad de una vez y para siempre.


El Coronavirus es simplemente el gatillo que nos fuerza a estar con lo que siempre ha estado ahí. Como una ola de miedo permea el colectivo. La sombra que hemos reprimido por generaciones no puede seguir siendo ignorada. Hasta ahora no habíamos tenido circunstancias lo suficientemente duras como para traerla a la superficie. Y ahora que está aquí, nos pone en una encrucijada.


ESTE ES UN MOMENTO DE ELECCIÓN DE PROPORCIONES ÉPICAS.


Cada vez que participo de una sesión con psicodélicos –y especialmente cuando trabajo con Ayahuasca- soy confrontada a la misma pregunta:


¿Sucumbiré al sistema operativo actual de la “conciencia-víctima” o reclamaré mi “conciencia creadora”?


La conciencia-víctima dice, “No tengo o tengo muy poco poder personal. Esto a la merced de mi realidad externa y las cosas que me están pasando están más allá de mi control. Mi ego, basado en mi miedo debe someterse a cualquier tipo de control que pueda encontrar con tal de asegurar su sobrevivencia, y pelear por mantener ese control a toda costa. Proyecto la culpa externamente, negándome a tomar responsabilidad por mi realidad”.


La consciencia creadora dice, “Soy infinitamente poderosa, precisamente porque estoy lista para dejar mi falso sentido de control y confiar en la inteligencia superior que es la vida (y la muerte). Todo lo que experimento – placentero o no- es el resultado de alguna forma de co-creación consciente o subconsciente. Responsabilizándome por mi experiencia es como me libero de la victimización”.


En realidad, en este punto del juego, cada ser humano individual es confrontado con la decisión cuál sistema operativo utilizar. Uno está basado en el miedo, el otro en el amor.


Cualquiera sea la narrativa que elijamos para seguir adelante esta impactará significativamente en la calidad en la que nuestra vida humana seguirá adelante.


Felicitaciones a todos. Estamos oficialmente en capullo


Antes de dar luces sobre los regalos de la LUZ y los regalos de la OSCURIDAD, disponibles al interior del “Coronacapullo” quiero decir a cualquiera que tenga un ser amado que haya transicionado debido al Coronavirus: Mi corazón está contigo. Espero sinceramente que mis perspectivas de la situación no eclipsen el dolor de tu pérdida. También reconozco que puede sentirse casi imposible para muchos de los que leen esto entender como un evento tan devastador pueda tener un gran aspecto positivo; y está bien.


Mi intención es solamente compartir mi perspectiva para así poder apoyarte a tomar una decisión interna que puede tener un impacto duradero, más allá de esta pandemia; lo que podría terminar siendo la cosa más profunda y valiosa que te pueda pasar en la vida. Nuevamente, depende de ti decidir qué hacer con la información.


LA REALIDAD DE LA MUERTE


Actualmente, la tierra está activando sus mecanismos de defensa, y como una madre severa, nos está mandando a nuestros cuartos, castigados por insolentes. Para así dejarnos frente a frente con aquello que hemos estado evitando desde hace tanto: Nuestra mortalidad. Esto también se conoce como “estar anclado”[3].


No solo estoy hablando de ser forzados a confrontar la inevitable muerte de nuestros cuerpos físicos, pero también la muerte de nuestra zonas de confort, la muerte de nuestra falsa sensación de seguridad en relación con las finanzas, la cadena de alimentos, los servicios de salud, el gobierno y los asuntos internacionales.


La muerte es en realidad, en su núcleo, el miedo a lo desconocido. Es por esto que los que están haciendo un auténtico trabajo espiritual serán menos afectados por una crisis como la del Coronavirus. Si te has experimentado a ti mismo más allá de la dimensión física y te has conectado con el aspecto infinito de tu conciencia, que seguirá existiendo mucho después de que tu cuerpo haya desparecido, no hay razón para tener miedo a la muerte.


El Coronavirus –una amenaza “invisible”- nos confronta a nuestra relación con los ámbitos espirituales, los cuales no podemos navegar con nuestros cinco sentidos.


Cada vez que abrimos nuestras cajas de Amazon para sacar el siguiente rollo de papel higiénico, mientras nos preguntamos si el cartón está contaminado, somos silenciosamente confrontados con el misterio de lo invisible; la naturaleza desconocida de la realidad.


Examinar nuestra mortalidad es también un punto de acceso a un entendimiento más profundo de mecanismos de supervivencia, biológicamente engranados, que controlan una porción tan grande de nuestras vidas diarias. La verdad es que la gran mayoría de humanos –más allá de las diferencias de ingresos- no se sienten seguros en el mundo y están infestados de ansiedad y estrés por esta razón.


¿No es asombroso como la muerte –una iniciación que todo ser humano debe enfrentar eventualmente- es algo tan tabú en nuestra cultura? No sorprende que ignoremos este hecho, ya que nada en nuestro sistema de educación moderno aborda el tema, ni en lo más mínimo para prepararnos para la muerte.


Las culturas indígenas crean elaborados ritos de pasaje para sus jóvenes, para confrontar e incluso acoger la realidad de la muerte, para así hacerse libres del miedo a ella. Rituales alrededor de la muerte eran y son un lugar común, necesario para las iniciaciones de las culturas antiguas. Hemos perdido estas formas. Hoy, nuestro miedo a la muerte hace que tengamos comerciales de televisión de tampones que muestran la sangre de la menstruación azul y no roja, para que no tengamos de encarar la realidad. No podemos ni siquiera conectarnos con la muerte de los animales que consumimos en tan grandes cantidades. Los productos de carne son pulcramente encogidos, empacados y disfrazados con nombres como “hot dog” o “hamburguesa” para que no tengamos que pensar en la realidad de los sacrificios que tan usualmente tomamos de los anaqueles, mientras escroleamos nuestro feed de Instagram. No hay una conexión tangible con los ciclos de la vida y la muerte que ocurren en el mundo natural, y con el hecho de que esas conexiones están listas para volver a despertar. Lo que trae la dura aunque también dulce realización de que:


Nada está garantizado.


Cuando realmente acogemos la verdad de que todos vamos a morir, la vida es un profundo regalo y cada respiro es un privilegio. Cada momento se vuelve infinitamente precioso.


LA PURGA


En la antigua tradición de sanación chamánica de la Ayahuasca, la purga es un componente sagrado y crucial para “ponerse mejor”. Resistir la purga es el infierno. Relajarse ante ella, realmente rendirse a ella… esa es la medicina.


Es fácil olvidar que tenemos algunos traumas bastante serios en nuestra historia reciente. Sólo en los últimos 100 años hemos tenido 2 guerras mundiales, la guerra fría, la guerra de Vietnam y el 9/11; además de toda la otra violencia, desastres ambientales y genocidios ocurriendo en el mundo de hoy.


Hasta hace muy poco, cuando la ciencia empezó a estudiar la epigenética, teníamos un entendimiento pequeño de los traumas pasados de generación en generación, y cómo se manifiestan en forma de enfermedades en el cuerpo si se dejan sin atender por demasiado tiempo. Epidemias como el Coronavirus son una invitación muy seria a mirar al material emocional que está saliendo a la superficie en forma de condiciones cada vez más “de guerra” (cierre de fronteras, cuarentenas obligatorias, ley marcial, etc.) Mi abuela alemana –una sobreviviente de la 2da Guerra Mundial- nunca tuvo la oportunidad de procesar conscientemente su experiencia, lo que significa que, si creemos que la energía no se crea ni se destruye sino que solo se transforma, o mi madre, o yo, o mi hija tendremos que transformar conscientemente esa energía y romper la cadena.


Yo veo el trauma como un archivo de información ZIP que contiene lecciones valiosas en su interior. Abrirlo puede sentirse un poco como desactivar una peligrosa bomba, pero si confías en que el trauma está aquí para servir a un propósito mayor, y mi único trabajo es ser lo suficientemente valiente para realmente sentirlo por completo de una vez, el sufrimiento desaparece y sólo quedan los regalos. Creo que los remanentes del trauma colectivo que hemos adquirido en nuestra historia humana está listo para ser purgado y transmutado; así que tiene sentido que evoquemos condiciones similares a aquellas en las que se creó el trauma en primer lugar. Sólo que esta vez, en lugar de tener que ir a la línea del frente en la batalla, podremos hacer nuestro trabajo interior en la comodidad de nuestros hogares.


ESCASEZ Y DINERO


Ahora es momento de mirar nuestros miedos y especialmente nuestra programación con respecto a la escasez. Las conversaciones sobre “la “carencia” que se manifiestan externamente como “poco papel higiénico”, “pocos suministros”, “pocos ingresos”, “pocas camas de hospital”, “pocos vuelos”, son un reflejo amplificado de nuestra incesante conversación interior sobre la escasez, la misma que nos mantiene metidos en la carrera inútil de nuestro estilo de vida moderno.


“El mundo está atrapado en lo no esencial y sin embargo ansía lo esencial”. – Richard Rudd.


Se ha presionado el botón de reseteo masivo del sistema financiero y es una gran oportunidad de lograr una mayor integridad en relación a cómo generamos ganancias.


Sí, el Coronavirus tendrá un impacto devastador en negocios grandes y pequeños, a la vez que millones de personas serán despedidas debido a las órdenes gubernamentales de cerrar. Además, usando un ejemplo dado en un reciente artículo del Wall Street Journal “[…] el emprendedor que abrió su restaurante de carne a la parrilla sólo para ver a sus clientes desvanecerse en una semana”; existe una verdad negada en ese negocio que no puede seguir siendo ignorada: la calidad de vida de los animales cuya carne es consumida.


No soy vegana ni creo que los humanos nunca deberían comer animales, pero creo que la falta de conciencia, consideración y empatía por la calidad de vida (y de muerte) de los animales que consumimos, requiere una atención inmediata y seria. Cualquiera que no esté participando activamente en la conversación acerca del tratamiento humano y la sostenibilidad de nuestras formas de hacer dinero con la carne u otro recurso natural, eventualmente se verá forzado a hacerlo. Obviamente, no todos los negocios requieren la muerte de un ser vivo, pero la mayoría de los negocios existen para vender “no esenciales”, más conocidos como “huevadas que no necesitamos[4]”. Así que en esta purga, veo una extinción tremenda de lo no esencial en toda nuestra economía. ¿Cuántos de esos embarques llenos de productos que llegan a abarrotar los anaqueles de las tiendas están realmente enriqueciendo nuestra experiencia humana? Esta puede ser una opinión impopular, pero si un negocio muere a causa del Coronavirus existe una posibilidad muy real de que:

  1. No estaba proveyendo valor esencial.

  2. El valor que proveía tenía un costo inaceptable (que estaba siendo pagado por la Tierra misma).

  3. El tiempo para que una nueva idea creativa, potencialmente con una consideración más holística, se manifieste y es tiempo de innovar y seguir adelante.

Este tema de sostenibilidad también se relaciona con la conversación sobre la escasez, ya que si cualquier trabajo o emprendimiento de los que estamos acostumbrados para ganarnos la vida desaparece, quizás es porque un propósito más profundo para tus habilidades, virtudes y talentos desea emerger y sólo una mentalidad-escasez podría insistir en ver la desaparición de una oportunidad como un camino sin salida, cuando en realidad hay infinitas maneras en las que cada individuo pude reinventarse. Tantas personas trabajan solo por un cheque sin nunca detenerse y preguntarse ¿Con qué valor puedo retribuir al mundo que nutre mi alma? ¿A qué quiero dedicar mi vida realmente[5]? Este es el momento de hacer esas preguntas, ya que por fin las distracciones han sido removidas lo suficiente como para empezar a recibir las respuestas.


¿Será fácil? Posiblemente no, aunque todo es possible. ¿Pasará de un día para otro? No. El cambio verdadero necesita tiempo, repetición y dedicación. Pero un salto cuántico real puede ocurrir en las siguientes semanas o meses, y con el internet, no hay escasez de instrucciones, educación ni herramientas disponibles para anclarnos a un permanente giro interno.


Este también es un tiempo donde podremos ver actos de generosidad y gentileza sin precedentes entre seres humanos. A diferencia de todas las otras pandemias que hemos visto hasta ahora, estamos todos juntos en esta. Ahora la oportunidad para que la familia humana global se ayude entre sí es gigante y la alegría de pedir y recibir apoyo está disponible dondequiera que volteemos.


HAZ ARTE LOCAZO


Mi madre y yo estuvimos hablando sobre como el Coronavirus puede afectar las artes y la cultura, que muchos podrían considerar como “no esenciales” para la supervivencia humana y que fueron arrasadas durante la 2da Guerra Mundial. La gran diferencia hoy es la tecnología. Todo lo que necesitas para conectarte a un vibrante y abundante buffet de creatividad es una conexión a internet y un teléfono, y en segundos puedes compartir tu voz y sintonizar con los corazones y las mentes de los 3.5 mil millones de seres humanos que están conectados en 2020.


La sobrevivencia humana no solo es el componente físico, debemos nutrir nuestros cuerpos emocional, mental y espiritual. Hoy en día la tecnología es nuestro aliado porque no conoce fronteras, límites o leyes de “distanciamiento social”. Veo al Corononavirus desencadenando una supernova creativa de ideas, visiones y voces; a la vez que vamos reclamando nuestra capacidad de hacer Arte Locazo[6]. Un arte que se puede manifestar como cualquier cosa, desde la escritura o alguna canción de amor épica, hasta en la creación de un negocio sostenible o reacomodar tu despensa para que refleje tu nueva mentalidad, más saludable.


Nuestra contribución a la narrativa colectiva puede estar saturada de miedo, o bien puede estar empapada de compasión y optimismo.


Completando el círculo, de vuelta al punto de partida de este artículo, ahora es tiempo de escoger con cual sistema operativo vas a funcionar.


Si decides abandonar la conciencia-víctima y reclamar tu conciencia creadora, tienes que saber que te estás enlistando en un profundo viaje espiritual hacia las profundidades de ti mismo. El proceso empieza con tu intención. La intención de realmente conocerte a ti mismo. Ser todos los aspectos de ti mismo, no importa que tan incómodos se puedan sentir algunos de ellos. Vamos a requerir de la comunidad y guías en este viaje; aunque al final del día, nadie puede hacer el trabajo por nosotros. He compilado una lista de recursos gratuitos que considero de una ayuda increíble en mi viaje, para que puedas iniciar tangiblemente este proceso. Los puedes encontrar aquí: www.The-FFY.com/resources


¿El regalo profundo de todo esto? Se te ha dado la oportunidad de ver cuán poderosos son realmente los lentes a través de los cuales ves la realidad. Cuánto impactan en tu experiencia. Cuan profundamente afectan tu calidad de vida, y el bienestar del planeta mismo.


En tiempos como este, innovaciones emergerán y podrás contribuir –justo ahora, desde la comodidad de tu sillón- con un futuro más brillante para las generaciones futuras, simplemente eligiendo conscientemente mirar tu interior.


Deja de buscar la respuesta. SÉ la respuesta.


Con amor;

Azrya


Encuéntrame en Instagram en @thefullfuckyes y en @iazrya

Artículo original publicado en medium.com

[1] Mindlessly

[2] Rat race

[3] En el texto original en inglés se lee: Being grounded, que significa literalmente “estar anclado, enterrado o enraizado”. La autora hace un juego de palabras pues la expresión being grounded en inglés también se usa como equivalente a “estar castigado”.

[4] Shit we don´t need.

[5] El texto original dice “What is actually my Full Fuck Yes?” Un término acuñado por la autora del artículo como parte de su sistema de trabajo. Más información en los enlaces al final.

[6] En el texto original se lee D.O.P.E Art (Daring, Original, Personal, Expression). Traducido literalmente sería Arte E.D.O.P (Expresión Desafiante, Original y Personal). La palabra “dope” en inglés es equivalente a la expresión “locazo”, entendido como algo chévere y original que parece estar inspirado en el consumo de alguna droga.

Yorumlar


Suscripciones
Post de la semana
La Nube

© 2014 by El Viejo de la Montaña. Proudly created with Wix.com

bottom of page